¡Hola!
¿Cómo empieza su verano? Aquí, está nublado y hace frío, entre el huracán Beryl y la depresión tropical Chris. Pero nos da mucho gusto saludarles una vez más.
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Este mes en YouTube
Los programas en vivo que tenemos planeados para el mes de julio de 2024 son los siguientes:
2 de julio: #Escritura2024 — Cómo crear personajes extraños
9 de julio: Grandes libros mexicanos
16 de julio: Historia de la literatura infantil
23 de julio: Cómo empezar tu biblioteca
30 de julio: Neil Gaiman
Todos los programas serán a las 21:30 horas, tiempo del centro de México. El archivo completo de nuestras transmisiones y videos está disponible en el canal de YouTube.
Cosas por venir
Raquel ha abierto su nuevo taller de escritura en línea. Será un taller de creación de personajes, útil para quienes quieran escribir cualquier tipo de narración. El taller se llevará a cabo los viernes, de 17:00 a 19:00 horas (tiempo del centro de México) a partir del 19 de julio durante tres meses. En esta página pueden ver todos los detalles e inscribirse. (Y si se lo quieren recomendar a alguien, también se los vamos a agradecer.)
De igual forma, Alberto va a abrir un nuevo taller mínimo con el sitio Talleres de Bolsillo: tres sesiones en línea acerca de cómo empezar un proyecto de novela. Las sesiones serán el 30 de julio, el 6 de agosto y el 13 de agosto (martes todos) de 19:00 a 21:00 horas (tiempo del centro México) y en esta página pueden encontrar todos los detalles adicionales.
¡Ah, y el otro taller en línea de Alberto tiene lugar todavía! Este empezará el 20 de julio, durará 4 meses (con sesiones sabatinas de dos horas) y estará dedicado a cuentos y fragmentos de novela de tema libre. Aquí pueden ver los detalles.
(Como siempre, si aparecen más eventos de manera imprevista, los estaremos promoviendo en nuestras redes sociales y en los programas de YouTube.)
Qué estamos leyendo
Raquel — Ahora sí se me juntaron las lecturas. Terminé ayer de leer Un lugar soleado para gente sombría de Mariana Enríquez (gracias a nuestro amigo Bef, que nos lo prestó) pero voy a esperar a que Alberto lo termine para comentarlo, ya ven que soy doña espoilers. También leí un libro de texto en inglés, gordototote, acerca del problema que tengo en el oído (prometo no ponerme de sabihondilla con los doctores, sólo quería entender un poquis lo que tengo) y estoy a medias con un libro sobre juegos lingüísticos que está super bonito. Tanto, que me regresé al principio para leérselo a Alberto en voz alta. Y ese es el que les vengo a recomendar, lindas personas. El libro se titula Los juegos de Mastropiero y su autor es Carlos Núñez Cortés. Si ustedes son fans de Les Luthiers, sabrán de quiénes les hablo (Si no, recién hicimos un programa al respecto, que pueden ver en nuestro canal de YouTube). El libro explica los diferentes tipos de juegos de palabras que existen, desde el doble sentido hasta el tautograma (todavía no llegamos a esa parte, así que aún no les puedo explicar qué es, je) y los adereza con ejemplos tomados de las obras y espectáculos de Les Luthiers, así como de otros textos literarios. De verdad que está muy bien.
Alberto — Como vamos a hablar de la obra de Neil Gaiman en el canal de YouTube, estoy releyendo algunas partes de The Sandman (1989-96), el cómic por el que lo conocí. Lo empecé pasada la mitad: en 1993 encontré un número de “Brief lives” (“Vidas breves”, una de las mejores “temporadas” de aquella serie) en un puesto de viejo afuera de la Facultad de Filosofía y Letras. Lo compré por pura curiosidad y me fascinó. Era un tipo de cómic muy distinto del que estaba acostumbrado a ver, desde su argumento hasta el dibujo de la artista Jill Thompson, una de varias con las que Gaiman colaboró a lo largo de 75 números. Y ni hablar de la portada de Dave McKean, que se encargó de realzar todos los números con collages surrealistas que no se parecían a nada de lo que se vendía en aquel tiempo. The Sandman empezó como una historia de terror y acabó siendo una novela gráfica muy amplia de corte fantástico, con personajes muy entrañables, y además un éxito de ventas que afianzó para siempre la carrera de Neil Gaiman. La adaptación televisiva de Netflix, con lo buena que es, apenas se ha internado en los primeros diez o quince números de la revista original. Sí es un gran gusto volver a visitar grandes historias como “Brief Lives” o “The Kindly Ones” (Las benévolas): una historia tardía que retoma elementos de todas las anteriores y le da al último tramo de la serie un aire de tragedia.
La película del mes
Empezamos esta sección a pedido de una persona que nos vio en el canal y nos pidió recomendaciones de películas de terror. La verdad es que no hemos recomendado muchas de ese tipo, así que aquí va una.
La invasión de los ladrones de cuerpos (Invasion of the Body Snatchers) es una película que lleva nada menos que cuatro versiones diferentes, aparecidas en 1956, 1978, 1993 y 2007. Todas están basadas en la misma novela, escrita por Jack Finney y publicada en 1955; la que más nos gusta es la segunda, la del 78, con guión de W. D. Richter y dirigida por Philip Kaufman.
El argumento es siempre el mismo: una comunidad empieza a ser invadida por seres extraterrestres que toman el aspecto de los seres humanos y los sustituyen uno por uno. Las víctimas son atacadas y eliminadas mientras duermen. Sus seres queridos no saben que algo ajeno, inhumano, las ha reemplazado, y no pueden explicar por qué su comportamiento es ahora tan distinto, tan frío y (justamente) inhumano. Cuando alguien se da cuenta de lo que está pasando, ya es demasiado tarde. La versión de Kaufman tiene un reparto espectacular, de los que en retrospectiva parecen un regalo a los aficionados de las películas de terror, ciencia ficción y demás: aparecen Leonard Nimoy (el señor Spock de Viaje a las estrellas), Veronica Cartwright (que ya era famosa por Los pájaros de Alfred Hitchcock y al año siguiente aparecería en Alien de Ridley Scott) y Jeff Goldblum (mucho antes de estelarizar La mosca de David Cronenberg o Parque Jurásico de Steven Spielberg). Sin embargo, la gran estrella es el actor canadiense Donald Sutherland, recientemente fallecido, quien hace el papel de un inspector de salubridad que poco a poco se convence de que algo anda mal en su ciudad. Es él quien logra hacer convincente el ambiente de pesadilla de la película, primero al no darse cuenta de todo lo que sucede a su alrededor (todo el tiempo hay avisos alarmantes de la crisis en marcha, pero los personajes no los ven o no los entienden) y luego al empeñarse en seguir peleando, huyendo, pasando de un lugar tras otro sin un plan, como perdido en una pesadilla.
Richter, el guionista, escribió también dos películas de culto de los años ochenta:Masacre en el Barrio Chino (1978) de John Carpenter y Las aventuras de Buckaroo Banzai (1984), que él mismo dirigió. En la segunda también aparece Jeff Goldblum, en el papel de un extraño neurocirujano que gusta ir vestido de vaquero.
1. Escribo esta nota en mi celular, en el coche. Traje a Alberto al Péndulo, donde está dando un taller, y me quedé aquí en lo que él sale. Está oscureciendo: es ese momento en que ni es día ni es noche y que el color rojo desaparece y que los bordes de las figuras se ven borrosos. A mi derecha, en alguno de los edificios cercanos, se escucha a una mujer cantando ópera. No me parece que sea una grabación, aunque no podría asegurarlo. Está cantando a capella y parecen ejercicios de escalas musicales, así que en una de esas sí es en vivo. A mi izquierda pasan los autos. No es una calle muy transitada, así que no son una molestia (además de que mi oído izquierdo sigue ensordecido, como les contaba el mes pasado). Acá entre ustedes y yo, me da gusto estar estacionada: esta hora es la que más detesto para manejar. Me pone de nervios el aspecto fantasmal de los automóviles y de los transeúntes, más por temor a atropellar a alguien o a chocar que por alguna cuestión supersticiosa. Pero así, con el vehículo apagado y la voz de la mujer que canta ópera, estoy bien, a gusto.
*
2. Son las 7:20. La mujer hace pausas y luego vuelve a cantar: ahora sí estoy segura de que es en vivo y no una grabación. A mi derecha, a lo lejos, suena la alarma de un coche. Me digo que es una zona tranquila y que seguro fue que alguien pasó demasiado cerca o que olvidaron desactivarla antes de abrir la portezuela. No me consta, pero no me quiero desprender de la sensación de que estoy en una zona tranquila y más o menos segura. Todavía hay algo de luz pero el cielo, que de por sí estaba nublado, ha tomado un tono gris azulado que me recuerda un ejercicio de la materia de dibujo de imitación que llevé en la prepa. Teníamos que hacer una cuadrícula en una hoja del bloc de papel marquilla y pintar de blanco el primer cuadrito y de negro el último. Los de enmedio debían ser toda la gama de grises que resultara de ponerle una gota adicional de pintura negra a la blanca, una y otra vez. No sé por qué me acordé de eso pero sí sé que yo hice muy mal ese ejercicio: era (soy) desesperada y de mal pulso. No sé pintar dentro de los bordes y apenas ahorita se me ocurre que debí usar maskinteip. Me dan ganas de pasar a una papelería por un par de frascos de pintura Vinci o Politec y llegar a casa a intentarlo, pero seguro se me olvidará la idea antes de que Alberto salga de su taller.
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3. Esta nota morada no va a ningún lado. Sólo quería compartir con ustedes este ratito de paz, uno de los muchos momentos que normalmente olvidamos sin haberles puesto ni tantita atención. ¿Será que la vida nos parecería más larga si nos detuviéramos con más frecuencia a registrarlos? Por cierto: la mujer dejó de cantar en punto de las 7:30.
Aunque he estado comunicándome por redes desde hace muchos años, recibí mi primer mensaje de odio hasta el pasado fin de semana. De hecho fueron dos. Por otro lado fueron bastante ridículos: dos comentarios en una publicación de Facebook en la que aparecía… nuestro gato Pulgas, luciendo un trapito de arcoíris. El pie de la foto decía “El gato Pulgas es aliado todo el año”. Estaba terminando junio, que como ustedes saben es llamado el Mes del Orgullo por la comunidad LGBTQ+. Habíamos hecho ya un programa en YouTube sobre cómo crear personajes con diferentes identidades de género, y aunque Pulgas salió con su atuendo en ese programa, la transmisión se cortó inesperadamente y tuvimos que empezar (sin él) una segunda vez.
Borré los comentarios y bloqueé a sus autores. Lo que no entiendo es cómo le puede molestar tanto a dos personas una cosa tan inofensiva como aquella foto. No es la homofobia (ese miedo tan absurdo de lo diferente) que en México llegó a estar tan aceptada que muchas veces no se veía. O no es solamente eso. Creo que tenían otras motivaciones más contemporáneas, por así decir, de las que nos han enseñado las redes sociales. El deseo de pelear a toda costa, el ansia de provocar indignación en otras personas, ese afán rarísimo de quienes se hacen pasar por víctimas de una persecución inexistente… Nada más por contreras, voy a dejar aquí esa misma foto de Pulgas, que en efecto es aliado todo el año. Igual que Raquel y yo.
Y el gato del mes es…
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¡Muchas gracias y hasta pronto!
—Alberto y Raquel
Qué bonito es leerles siempre. Estamos iniciando la segunda mitad del año y, me alegra iniciarlo con su boletín. Me da curiosidad la coincidencia de la nota púrpura de Raquel; como siempre, me declaro fan de su escritura a la que siento tan cercana y cálida. Ahorita, como Raquel, estoy tecleando en mi celular, mientras espero en el carro a Sergio (mi pareja) que ha ido al 3B a comprar cosas de la semana. No lo acompañé porque siento cansancio y molestia en mi garganta. Así que, mientras espero, leí su boletín y escribo. Y me pongo a pensar en este momento, como dice Raquel, que compone la vida. Un cotidiano que usualmente pasamos por alto, pero que a su manera, es mágico, místico y misterioso...
Alberto, qué horror con los mensajes de odio. Pero el día de hoy, todas somos blanco de ellos. El doble filo de las redes... que bueno que volviste a poner la imagen de Pulgas.
Espero, de verdad, poder sumarme al taller de Raquel.
Nos estamos viendo los martes.
Abrazos fuertes 🫂😊
Y yo soy aliada de ustedes todo el año. Siento mucho eso de los mensajes de odio. A veces creo que algo siniestro está pasando en la humanidad, mis amigos, algún mal espiritual que está infeccionando la raza humana, como si el famoso pozo de Jung se hubiera contaminado. Tal vez los microplásticos están deformando los cerebros de la gente. O tal vez la explicación es más simple: Cómo bien sabía Sor Juana, el celos es poderoso caballero.