¡Hola!
¿Cómo están? Ojalá que el mes de abril esté comenzando bien para ustedes.
Les saludamos una vez más. Este es nuestro boletín mensual (completamente gratuito, como siempre) y provisto de noticias, invitaciones y pelitos de gato.
¡Muchas, muchas gracias por acompañarnos! 🥰
Si tienen cualquier pregunta o comentario acerca de lo que estamos enviando a sus buzones, por favor no dejen de escribirnos. Pueden hacerlo en cualquiera de nuestras redes sociales, en la aplicación de Substack o respondiendo a este correo.
Y, por cierto, un agradecimiento a todas las personas que se han apuntado como suscriptores de paga. Su apoyo y su confianza son muy valiosos para nosotros.
Este mes en YouTube
Los programas en vivo que tenemos planeados para el mes de abril son los siguientes:
2 de abril: #Escritura2024: símbolos
9 de abril: El diccionario de Milorad Pavic
16 de abril: Realismo mágico
23 de abril: La historia del libro
30 de abril: Nuestros libros favoritos para niñas y niños
Las direcciones particulares de cada video aparecerán en nuestras redes y en el canal de YouTube.
Cosas por venir
Este abril tendremos pocas actividades. Ya habrá más. Alberto se va a Cuenca, Ecuador, del 11 al 13 de abril, y allá participará en tres charlas diferentes en la Feria Internacional del Libro de la ciudad. La primera, sobre ciencia ficción, será el día 11 a las 19:00; la segunda, acerca de lo siniestro, el 12 a las 18:00, y por último el 13, también a las 18:00, Alberto tendrá una entrevista en vivo acerca de inteligencia artificial, en relación con la escritura y las artes.
Además, ambos estaremos en la Fiesta de los Libros de Ciudad Juárez, que se llevará a cabo del 23 al 28 de abril. No tenemos todavía las fechas exactas, pero les avisaremos muy pronto: cada uno tendrá una charla sobre su trabajo y además presentará sus libros más recientes (Playlist en el caso de Raquel, y la edición final de La ciudad imaginada en el caso de Alberto).
Qué estamos leyendo
Raquel — Ahora mismo no estoy leyendo nada todavía. Pero es que apenas el sábado terminé Cita con Rama, de Arthur C. Clarke y todavía no sé si seguirme con la segunda parte de la serie o moverme en alguna dirección distinta. ¡Me gustó mucho! Yo había leído poco de Clarke: creo que nada más el cuento “El centinela”, que luego amplió para 2001: Odisea del espacio. De hecho, creo que lo leí en una revista Selecciones del Reader’s Digest. Pero ahora estoy trabajando en un proyecto de ciencia ficción para adolescentes y Alberto me sugirió Cita con Rama (OK, no sólo me lo sugirió: también me regaló el ejemplar, bien lindo él). No sabía que esperar de la novela. Pensaba que tendría algo de filosofía de la India y no se me antojaba mucho; pero no tuve que avanzar mucho para interesarme y, como se suele decir, picarme. No son los personajes más complejos ni los diálogos más ingeniosos, pero ¡qué buena construcción de un mundo! ¿Lo recomiendo? Sí, 100%.
Alberto — Estoy leyendo el primer número de Cuaderno de Octubre, que es un anuario de la Sociedad de Amigos de David Huerta: un grupo de alumnos, colegas y, sí, amistades de David (1949-2022), quien fue uno de los grandes poetas del último siglo en México y maestro de varias generaciones de escritores. El anuario está hecho para difundir su obra y celebrar su memoria: contiene artículos, ensayos y poemas (de los que leímos algunos en un programa reciente), además de fotos inéditas. Como yo fui también de sus alumnos (y de sus amigos: un privilegio hermoso), espero poder colaborar en el segundo número del anuario, que aparecerá este año.
La película del mes

Esta película se estrenó en 1936 y está bastante olvidada. El nombre de su director, Gregory La Cava, no es uno de los más famosos de la historia del cine, y tampoco lo son los de sus dos estrellas: Carole Lombard y William Powell. Pero qué bonita –qué inteligente, sutil y divertida– es La porfiada Irene.
Ese título es el que se le dio en América Latina: el original es My Man Godfrey, que parece dar la primacía al personaje masculino y no a Irene…, pero la verdad es otra. La película comienza con lo que ahora se llamaría un “rally”, una competencia entre varias personas para conseguir determinados objetos curiosos, y uno de ellos es literalmente un hombre pobre: los competidores son ricos neoyorquinos, de fiesta en un lugar exclusivo, completamente inconscientes de la situación de su país en plena época de la Gran Depresión económica. Irene, la tímida heredera de un empresario metalúrgico, gana la competencia al llevar a Godfrey, su hombre pobre, al local de la fiesta. Godfrey se comporta con dignidad, se burla de los ricos a su alrededor, e Irene queda tan impresionada que le ofrece trabajo como mayordomo de la mansión familiar en ese mismo momento. No les contamos el resto de la historia, que tiene conciencia social y es además una comedia, y una historia de amor. Está basada en un cuento, que aún no hemos encontrado, de Eric Hatch, quien fue parte del equipo de guionistas junto con Morrie Ryskind, Robert Presnell y el propio director.
(Vimos La porfiada Irene, por cierto, en su edición de la colección Criterion, muy bien presentada y restaurada. Es una pena que no haya el mismo interés y presupuesto para conservar películas que no sean de Hollywood.)
Hace poco, un querido amigo me dijo: “Ahora solo hablamos de salud y hospitales, ¿lo notas?”. Y pues sí, lo noto. Los últimos meses han sido, para Alberto y para mí, de chequeos médicos y análisis y pruebas varias para una heterogénea colección de malestares, que incluyen lo mismo achaques naturales a nuestra edad que pequeños enigmas médicos y herencias chafonas (porque uno quisiera que los abuelos le heredaran ranchos o al menos libros lindos; ojos claros y serenos o un súper poder; y no una degeneración en un huesito mínimo capaz de ponerle a uno la vida de cabeza).
Lo más curioso es que todos sabemos que el cuerpo pierde ciertas habilidades con el paso del tiempo; pero algunas de esas pérdidas nos agarran de sorpresa mientras que otras pasan inadvertidas hasta que alguien nos las señala. “Ah, caray, si yo antes sí podía hacer tal cosa”. “¿Cuándo se me volvió permanente esta molestia?”, y así. Lidiar con estas situaciones es difícil, porque además de las molestias que ocasionan (que pueden ser desde superficiales hasta muy tremendas), se nos hacen maraña con las imposiciones culturales sobre la juventud, la belleza y la capacidad; las desigualdades económicas y sociales; las creencias que tengamos con respecto a la muerte y la trascendencia -y todo tipo de etcéteras. Nada como estar en una sala de espera de consultorio para que estas marañas crezcan y se enreden más y más.
Para colmo, a veces nos da por pensar que si mostramos nuestra preocupación, tristeza o ansiedad, nuestros amigos ya no nos van a querer.
Pero si no mostramos nuestro lado menos luminoso a nuestros amigos, ¿a quién? Y además: ¿no es una forma de subestimarlos pensar que no van a poder lidiar con nuestros malos ratos? Seguro que no podemos frenar el paso del tiempo o eliminar los achaques con sólo chocar los talones tres veces. Pero algo que sí está a nuestro alcance es aceptar que tenemos malos ratos y compartirlos con quienes nos estiman. ¿A poco no?
Les habíamos prometido un chisme el mes pasado alrededor de la entrega de las Diosas de Plata, los premios que otorga cada año la asociación Periodistas Cinematográficos de México, A.C. (PECIME). Fuimos a la ceremonia de premiación, en marzo, a un teatro de la ciudad de México, porque el guión de Confesiones, que yo escribí, estaba nominado a mejor guión adaptado, una de las siete nominaciones que tenía la película.
No hubo mucha suerte: al final, Confesiones obtuvo únicamente la Diosa de Plata al mejor actor de reparto, que fue para Juan Manuel Bernal (quien está extraordinario en su papel, la verdad). En cambio, la gran ganadora de la noche fue Radical, una película dirigida por Christopher Zalla y protagonizada por Eugenio Derbez. Zalla ganó los premios a mejor director y mejor guión adaptado, Derbez el de mejor actor y, como productor, el de mejor película, y hubo varios más. De hecho, con tanta Diosa de Plata, al final aquella película ya parecía el Monte Olimpo. Un poco se veía venir, me parece…, pero bueno: de cualquier manera nos tocó ver un pedacito del mundo del cine mexicano, lo cual fue una gran oportunidad. Es un entorno que desconocíamos por completo, porque no es usual que escritores de libros hagan guiones de cine. Esto lo pudimos comprobar gracias a los discursos de agradecimiento de quienes sí ganaron los premios de guión, y que hablaron largamente de su formación en escuelas y seminarios de cine, donde el guionismo se enseña por separado de la literatura.
Ya tendremos, espero, más oportunidades de contar historias en ese mundo.
Partes interesantes del evento fueron un homenaje a Sergio Corona (quien primero fue bailarín y luego actor, de larguísima carrera como comediante en televisión y cine) y otro, un poco raro, a la Sonora Matancera, la orquesta cubana que cumple cien años en 2024 y que ha sido tan influyente en la música de esta región (por ella pasaron, por ejemplo, cantantes como Celia Cruz o Bienvenido Granda). La rareza viene de que el grupo encargado de tocar varios éxitos de la Sonora Matancera se llamaba La Única Sonora 100% Matancera. Eran buenos músicos, pero a Raquel y a mí nos pareció que, si necesitaban insistir tanto en que eran únicos, y 100% matanceros, era probable que no lo fueran. Después hemos averiguado que teníamos razón y la Única es, en realidad, una de muchas orquestas derivadas de la Matancera original o inspiradas por ella. Qué cosa.
Y el gato del mes es…
Pulgas otra vez, en plan de estrella de cine.
¿Les gusta este formato del boletín? ¿Les han gustado nuestras otras publicaciones en esta plataforma? Recuerden que pueden enviarnos un mensaje de correo electrónico o encontrarnos en nuestras redes.
Y… ¿le podrían enviar este mensaje a alguna persona a la que pudiera gustarle? Le pueden decir que se puede suscribir también a nuestro boletín usando el botón al pie de este mensaje.
¡Muchas gracias y hasta pronto!
—Alberto y Raquel
¡Muy guapo Pulgas posando! Soy Luisa, del taller virtual de narrativa. Le he enviado correos a Alberto con textos míos y solicitando los textos de los compañeros para leer y comentar en la sesión de mañana sábado 6 de abril. ¡Creo que no ha visto mis correos! Ojalá los vea. Muchas gracias.
He disfrutado de lo lindo esta edición. Muchas gracias.