[Aviso: a continuación hablamos de la muerte de un animal de compañía y contamos algunos pormenores de lo sucedido.]
La tarde de ayer, sábado 22 de marzo, nuestro gato Morris llevaba tres días en el hospital. Temíamos por él, tememos todavía, aunque se sigue recobrando. Pero entonces a esa angustia se agregó otra. De pronto rapidísimo, inesperadamente, se nos fue otro de nuestros gatos: Pulgas. Todavía tenemos una sensación de irrealidad y mucha, mucha tristeza.
A Pulgas lo llevamos a una clínica distinta de la de Morris, donde ya lo conocían. Iban a hacerle lo que parecía una intervención de rutina: un enema, porque tenía problemas con sus intestinos desde el accidente que lo llevó hasta nuestra casa definitivamente. No estábamos preocupados. Entonces, tras el procedimiento, pasó algo. Pulgas no despertaba de la anestesia. Su corazón latía cada vez más despacio. Resultó que había habido una complicación imprevista: el pobre gato sangraba por dentro y tenía líquido en los pulmones.
Raquel estaba con él y ambos tomamos la decisión de que no se intentara una segunda intervención, que hubiera tenido muy pocas probabilidades de éxito y lo hubiera hecho sufrir.
Así que mientras el pobre Morris aún resiste, el pobre Pulgas nos dejó. Se fue muy rápido, nos dijeron: no tuvo tiempo de enterarse, de sentir dolor ni miedo.

Ya contaremos toda la historia de Pulgas, y algo de cómo nos sentimos. También les contaremos qué ocurre con Morris, al que deseamos de vuelta con esperanza y con mucha inquietud. De momento no podremos decir mucho más. Esta nota es para avisarles a ustedes, principalmente, dado que muchas personas de quienes leen estos mensajes ven nuestros programas y se divirtieron con los atuendos que Pulgas lució en muchos de ellos.
No solamente era un gato muy simpático, inusualmente cariñoso y bien dispuesto: también era una criatura muy resistente. A lo largo de sus 14 años de vida, sobrevivió a tal número de accidentes, caídas e infortunios que daba la impresión de haberse acabado sus siete vidas y haber empezado a usar de las de los gatos circundantes. Podemos decir que los tres años que pasó con nosotros tuvo una vida plena y feliz, en la que nada le faltó, y en la que llegó a ser conocido y querido por muchas personas.
Gracias por acompañarlo y acompañarnos a nosotros. —Alberto y Raquel
Lloro con ustedes. Los dos son gatos especiales y Pulgas, se me acuerdo bien, fue el gato del padres de Raxxie, ¿no es cierto? Creo que el gran Pulgas se llegó a su cielo, que fue vivir con ustedes dos. Se hizo famoso. Fue querido por muchos. Un fuerte abrazo. ¡Qué Morris se sane pronto!
Los lomitos (como mucha gente les dice ahora) se vuelven parte de la familia y es comprensible el dolor que le causa la partida de Pulgas y la angustia por la situación de Morris. Yo sólo puedo darles mi más sentido pésame por Pulgas y desearle a Morris una recuperación satisfactoria.