¡Hola!
(bueno, bueno, probando, probando…)
El mes pasado les comentamos que andábamos a las carreras… y septiembre nos agarró en el mismo ritmo. No mejoró las cosas el que tuviéramos que cambiar de servicio para mandarles estos mensajes. (Aquí estamos usando Substack, con el que esperamos poder tener una plataforma más estable y hacer más cosas.)
Por favor discúlpennos por este retraso. Probablemente seguiremos a las carreras en octubre y noviembre, que son los meses más cargados de actividades editoriales. Además, a esas actividades tendremos que agregar un par de sorpresitas que estamos preparando, pero que implican leer PDFs con mucho cuidado, elaborar resúmenes cortos y fichas biográficas…
(¿Ya adivinaron como de qué se trata? La respuesta se las daremos en el boletín de octubre).
En cualquier caso, aquí estamos, muy agradecidos con ustedes por recibirnos en su bandeja de entrada, en su pantalla de YouTube y, muy especialmente, a quienes han acudido a alguna de nuestras actividades recientes.
Este mes en YouTube
Los programas en vivo que tenemos planeados para el mes de septiembre son los siguientes:
5 de septiembre: #Escritura2023: aguas con los fraudes [este ya está disponible para ver en repetición]
12 de septiembre: Literatura de imaginación en México
19 de septiembre: Libros para el desasosiego
26 de septiembre: El otoño recorre las redes (hablemos sobre José Carlos Becerra)
Las direcciones del resto de los videos aparecerán en nuestras redes y, por supuesto, en el canal mismo.
Más cosas por venir
¡El 12 de septiembre es cumpleaños de Alberto!
(Y lo festejaremos con ustedes, en vivo, en el canal de YouTube. No olviden los pasteles y los chilaquiles virtuales para el festejado. —Raquel)
El domingo 10 de septiembre vamos a dar una charla conjunta ¡acerca de Barbie! Ya se imaginarán lo emocionada que está Raquel. Esto va a ser dentro de la Feria Internacional del Libro Judío (FILJU), en la CDMX, al punto del medio día. Más información por acá: https://cdijum.mx/filju/
Qué estamos leyendo
Raquel: Terminé de leer La niña que se bebió la luna, de Kelly Barnhill, y sí me gustó. Tiene ese saborcito a historia antigua que encontramos en Momo y La historia sin fin, de Michael Ende o en El último unicornio, de Peter S. Beagle. Muy recomendable para niños y niñas que ya no se cansan con los textos largos (y para toda persona a la que le gusten las historias con brujas, dragones y monstruos). Ahora mismo estoy leyendo Forever Barbie. The Unauthorized Biography of a Real Doll, de M. G. Lord (ya se imaginarán, preparándome para nuestra charla del 10 de septiembre).
Alberto: Yo terminé de leer Strongmen. Mussolini to the Present, de Ruth Ben-Ghiat, que había dejado a medias porque, como se podrán imaginar por el título, no es un tema agradable. La autora hace este ensayo para contar la historia de diferentes dictadores y líderes totalitarios, desde Benito Mussolini (precisamente), Franco o Hitler hasta Donald Trump, viendo qué tienen en común sus personalidades, sus formas de ascender al poder y de usarlo una vez que lo tienen. La impresión que me deja es la de que esos hombres (siempre son hombres) son a la vez criaturas penosas y terribles.
La película del mes
Ahora nos dio por una película policiaca: Círculo rojo (Le cercle rouge) de Jean-Pierre Melville, de 1970. No es una película espectacular en el sentido que tiene esa palabra actualmente, pero sí es muy emocionante y tiene un gran reparto. Alain Delon (uno de los grandes galanes de la historia del cine) interpreta a Corey, un ladrón recién salido de la cárcel que quiere dar un último golpe. Gian Maria Volonte, un estupendo actor italiano, hace de Vogel, un fugitivo que ayuda a Corey, e Yves Montand, legendario actor y cantante, es Jansen, un tirador alcohólico que completa el equipo. Los tres ejecutan el robo en una secuencia impresionante, que ha influido en mucho del cine de acción y policiaco posterior (olvídense de La gran estafa o cosas parecidas) y luego deben enfrentar un destino cruel que está anticipado desde el mismo título.
Melville fue un cineasta francés muy especial, siempre interesado en historias de violencia y crimen y a la vez un gran artista, con un estilo muy reconocible desde los colores que prefería utilizar hasta la forma –no siempre muy simpática– en la que dirigía a sus actores.
Las últimas tres semanas las pasé enferma. Primero, nos dio a Alberto y a mí algo que definimos como “un COVID leve o una gripa intensa”, que nos tuvo encerrados poco más de una semana. Luego de tres o cuatro días de estar bien, salí a perseguir a una camioneta de mensajería bajo la lluvia y al día siguiente amanecí con una bronquitis horrible. La tos todavía no se me quita a pesar de jarabes, tecitos y remedios diversos, y eso que ya estoy “casi bien”.
Según yo, les contaba eso con la intención de llegar a algún lado con mi valiente testimonio (je), pero me acaba de dar un acceso de tos que me desacomodó las ideas y ya no me acuerdo. En todo caso, cuídense mucho: hay que seguir usando cubrebocas en lugares muy concurridos y creo que es recomendable no perseguir camionetas debajo de la lluvia.
Además de lo que cuenta Raquel, y de varios otros desperfectos y dificultades, por fin me decidí a dejar Twitter (es decir, X, qué clase de nombre más bobo) definitivamente. Puede parecer poca cosa, pero al menos para mí no lo es. Estuve quince años escribiendo textos allí y tuve la oportunidad de usar la plataforma para lo usual (quejarme, dar a conocer mi trabajo, qué se yo) pero también para inventar historias, experimentar con el formato digital y hasta hacer varios libros en el proceso. A lo mejor se acordarán de que en un tiempo se habló de la “tuiteratura”; yo pude verla, brevemente, y experimentar un momento de esplendor creativo… que ya había pasado cuando el millonario Elon Musk compró la plataforma por una cantidad absurda.
Pero ahora las cosas están mucho peor. Además de que se ha dejado de vigilar la difusión de discursos de odio, el abuso más recientemente anunciado es que la empresa se va a empezar a quedar con el derecho de explotar lo que se publique en X (incluyendo usarlo como materia prima para inteligencias artificiales) sin pedir permiso ni dar compensación a nadie. Y con eso me he decidido, como cuento en esta nota, a borrar todo mi archivo de publicaciones.
Ni modo. Todo se acaba. Y todavía hay lugares donde seguir escribiendo. Espero que este sea uno de ellos.
Y el gato del mes es…
…Pulgas, una vez más, pero ahora posando en lo que al parecer es su nuevo ambiente natural: ese bolsillo de esa sudadera de Raquel.
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¡Muchas gracias y hasta pronto!
—Alberto y Raquel
Qué chulada de newsletter, me encanta. Raquel, el libro de Barbie que mencionaste fue el primer libro sobre la muñeca y M. G. Lord es nuestra compañera de muchos años de la clase de mi hermana (la fantástica historiadora Claire Bond Potter, a.k.a. The Tenured Radical) en la universidad. Ma da gusto que lo hayas leído. A Alberto, voy a bajar mis tuits y borrar mi archivo de X también. Quedarme ahí publicando no tiene sentido y me da la sensación de ser una pareja codependiente de una persona abusiva. Qué pena. Destruir una comunidad como fue Twitter le fue muy fácil para el rico homúnculo. Como dice la canción: Manicero se vaaaaaaaa.....
Excelente formato