¡Hola!
¿Cómo están? Nosotros, con un calorón horrible. (¡Y apenas es mayo!) 🥵
Les saludamos una vez más. Este es nuestro boletín mensual (completamente gratuito, como siempre) y provisto de noticias, invitaciones y (en este ocasión) hasta una fotonovela de gatitos.
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Este mes en YouTube
Los programas en vivo que tenemos planeados para el mes de mayo son los siguientes:
7 de mayo: #Escritura2024: cómo hacer proyectos de beca
14 de mayo: Teorías conspiratorias
21 de mayo: Angela Carter, maestra del terror
28 de mayo: Les Luthiers, humor y música
Las direcciones particulares de cada video aparecerán en nuestras redes y en el canal de YouTube.
Cosas por venir
Este miércoles 8 de mayo, estaremos presentando nuestros nuevos libros de cuentos –Playlist de Raquel; La ciudad imaginada de Alberto– en el Palacio de Bellas Artes en la ciudad de México. La cita es en la sala Adamo Boari a las 19:00 horas. Organiza la editorial SB, que presentará también la novela Miroslav el vampiro de Pedro Aparicio. Habrá ejemplares a la venta.
Además, el jueves 9 de mayo, a las 14:00 horas (tiempo del centro de México), Alberto participará en una presentación virtual de la revista Rio Grande Review, que dedica su numero más reciente a la literatura de imaginación y trae un cuento de él. La presentación será por la página de Facebook de la revista.
Por último, mañana comienza el nuevo grupo del taller presencial de novela de Alberto en la librería El Péndulo Polanco de la Ciudad de México. Las sesiones serán los lunes, de 18:00 a 20:00 horas, del 6 de mayo al 22 de julio, y todavía pueden inscribirse, directamente en la librería, si quieren participar con un proyecto de novela en proceso o comenzar uno desde cero. Todos los detalles adicionales están en esta página.
(¡Ah!, y si aparecen más eventos de manera imprevista, los estaremos promoviendo en nuestras redes sociales y en los programas de YouTube.)
Qué estamos leyendo
Raquel — Otra vez estoy con Rosa Montero, pero ahora con su primera novela de tema fantástico, Temblor, publicada originalmente en 1990. La verdad es que lo empecé sin saber absolutamente nada, ni siquiera que era de tema fantástico, así que todo ha sido una sorpresa hasta el momento. Me gusta que la protagonista es una chica casi adolescente en un mundo complicado, autoritario. A ratos me hace pensar en La historia interminable de Michael Ende, a pesar de que no han aparecido dragones o seres tan fantásticos (pero sí algo parecido a La Nada)… En fin, llevo como una tercera parte del libro. A ver cómo sigue.
Alberto — Estoy empezando una antología titulada Serbian Fantastic Prose (Prosa Fantástica Serbia), de 2014, reunida por Branko Mikasinovich. La verdad es que la literatura serbia es una que no conozco nada bien, fuera de la obra de dos autores que admiro muchísimo: Milorad Pavić (de quien hemos hecho programa en YouTube) y Goran Petrović. Y resulta que hay toda una tradición de la literatura de imaginación por allá al menos desde el siglo XIX, es decir, atravesando un montón de historia muy convulsa, incluyendo dos guerras mundiales y una de las últimas guerras civiles del siglo XX. Los primeros textos del libro se parecen mucho a los que podrían estar en una antología mexicana de literatura del XIX: aunque son muy remotos geográficamente, los estilos se parecen. Ya veremos qué tal están los otros. Aparte de Pavić, los autores reunidos son Milovan Glišić, Janko Veselinović, Miloš Crnjanski, Momčilo Nastasijević, Rastko Petrović, Dobrica Ćosić, Borislav Pekić, Miodrag Bulatović, Drago Kekanović y Dejan Stojanović. (Por cierto, la letra c con un acento se pronuncia como nuestra “ch”, así que Pavić, por ejemplo, se lee “Pávich”.)
La película del mes
Él dijo / Ella dijo (He Said, She Said, 1991) es una película romántica de las que pasaban muy seguido en la TV de paga del último cachito del siglo pasado. Bonita, inteligente, sin pretensiones. De esas que, si te la encontrabas al estar haciendo zapping, te quedabas a verla porque tenía algo de acogedora, un cierto nivel de agusticidad invitadora (o sea, de que viéndola se está a gusto) y una pareja protagónica muy atractiva: un jovencito y muy guapetón Kevin Bacon y Elizabeth Perkins, una actriz que al parecer no tuvo tanta suerte en el cine pero que ha seguido su carrera en televisión. El chiste es que Raquel tenía un muy buen recuerdo de la película y Alberto no la había visto, así que ahora que tuvimos ocasión de verla en un viejo DVD, aprovechamos la oportunidad y… ¡no nos decepcionó! La historia cuenta a la par el romance y el crecimiento profesional de una pareja de periodistas, con sus encuentros y desencuentros; pero lo que tiene de especial es que la película presenta, básicamente, dos veces la misma historia, primero desde el punto de vista de él y luego desde el de ella, con diferencias en perspectiva y una que otra sorpresa. Si se la encuentran, aprovechen.
¡Ah!, y la película tiene otro detalle interesante: fue dirigida por dos personas –Ken Kwapis y Marisa Silver–, que entonces eran pareja y concibieron la película a partir de las diferencias que encontraron en cómo recordaban el inicio de su propia relación.
¿Será por el calor que mucha gente anda tan malhumorada? Sé que las redes sociales se han convertido en una especie de club de la pelea, a donde uno se asoma si anda de ánimo bélico para encontrar con quién romperse la crisma (metafóricamente hablando); pero las últimas semanas me ha dado la impresión de que esto se ha incrementado. Personas a las que yo identificaba como “pacíficas”, “diplomáticas”, “sensatas” o que incluso me intrigaba que nunca se mostraban ni tantito enojadas han dado rienda suelta a los despliegues más impresionantes de inquina. El tema es lo de menos: por justa que sea la indignación que nos provoca una guerra, una injusticia, una mala reseña o una mala película, ¿de verdad justifica que nos dediquemos a lanzar odio a quienes están “del otro lado” del asunto en cuestión? Yo creo que no. Porque ni se va a acabar la guerra ni van a encarcelar al político corrupto ni a quemar al libro o al crítico ni a rehacer la peli sólo porque demostramos nuestra lealtad a la tribu que nos tocó en ese momento. Un paréntesis: esto me recuerda la absurda lealtad que se construye en los reality shows cuando un grupo de personas, por azar, comparte cuarto o cuando, también por azar, me toca ir en un carril del viaducto y mentalmente le echo porras a los coches de mi carril para que no dejen pasar a lo güey a los coches de los otros carriles. Es una tontería, lo sé, y me avergüenza, pero estamos en confianza y se los cuento. Cierro paréntesis.
Hace un par de días, Alberto y yo vimos un documental sobre una secta chilena. Uno de los exsectarios decía, más o menos, esto: “la gente te reconoce como lo peor del mundo y entonces se da permiso de ser tan horrible como puede, porque piensa que por mala que sea, nunca va a ser tan espantosa como tú”. Me sacudió porque creo que eso es justo lo que pasa en las redes sociales últimamente. Asumimos que quienes sostienen “la otra opinión” son estúpidos, egoístas, ruines o viles (o todo eso junto) y que aunque nosotros les digamos cosas hirientes, burlonas, insultantes o amenazantes, como estamos “del lado correcto de la historia”, nuestro fin justifica los medios. Y compartimos los comentarios mordaces de otros que están con nosotros en la cruzada de hoy, aunque mañana pueda ser que el aliado se vuelva nuestro enemigo y le toque ser objeto de nuestro desprecio.
Lo más triste es que creo que he perdido amistades por no solidarizarme virtualmente con sus mensajes llenos de encono. Al parecer, refrenarme de subtuitear, juzgar y extender el rencor me hace poco solidaria, tibia o cobarde. Cómplice de “el otro”. Y lo peor es que “el otro” piensa exactamente igual a ese respecto. Y me gustaría decir que es el periodo electoral, la violencia que azota al mundo, el recrudecimiento de las polarizaciones o, como decía al principio, el calor; pero lo cierto es que no le veo fin a esta dinámica. Bueno, veo una: ¿y si en vez de discutir esas cosas en redes, con desconocidos, las habláramos en persona con nuestra gente querida? Capaz que así buscaríamos puntos de encuentro en lugar de tratar de separarnos más de “el Horrible Otro”. No sé, la verdad. Pero sí tengo la intuición de que volvernos adictos a la ira y al insulto no nos va a llevar a nada bueno.
En estos días he recibido dos noticias muy lindas. Ambas tienen que ver con un libro que apareció por primera vez hace casi diez años, titulado Historia siniestra. En 2015 lo publicó Cuadrivio, una editorial mexicana independiente, y la verdad es que apenas llamó la atención, a pesar de que me parece uno de los mejores que tengo. Esas cosas pasan. En todo caso, el libro está compuesto por dos narraciones, adaptadas de publicaciones hechas en la red social que entonces se llamaba Twitter (y que era, además, un sitio mucho más hospitalario que ahora, como dice Raquel).
Las dos historias son de miedo: una de ellas, “Día común”, cuenta con fotos y breves textos un viaje de pesadilla; la otra, “Ciudad X”, describe una comunidad que se encamina a un desastre sin darse cuenta, y está inspirada de algún modo en el ambiente que se sentía en este país en septiembre y octubre de 2014, cuando desaparecieron los 43 estudiantes de la normal rural Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero.
El año pasado, este libro fue traducido al inglés por la traductora (y buena amiga) Dorothy P. Snyder, y publicado en el Reino Unido por Pamenar Press, otra editorial independiente, con el título de Scary Story. Tuve el gusto de que Mariana Enríquez y Cristina Rivera Garza accedieran a comentarlo, y lo que dijeron está en la contratapa del libro, bien acá. Y ahora, con pocos días de diferencia, han aparecido una entrevista que Dorothy me hizo para la revista Asymptote, y una hermosa reseña del libro en otra revista, World Literature Today, escrita por Frank Garrett.
Se los quería compartir porque me da la impresión de que puedo sonar muy sombrío y lúgubre en ocasiones, incluso en este boletín, pero no soy así todo el tiempo. Ahora mismo, por ejemplo, mi ánimo es muy diferente. Ahí van, esos textos, esas historias, pasito a paso.
Y el gato del mes es…
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Y… ¿le podrían enviar este mensaje a alguna persona a la que pudiera gustarle? Le pueden decir que se puede suscribir también a nuestro boletín usando el botón al pie de este mensaje.
¡Muchas gracias y hasta pronto!
—Alberto y Raquel
¡Hola!
¡Lo esperaba como agua de mayo, de hecho!
Estoy muy de acuerdo con Raquel en lo que está sucediendo con las redes sociales, convertidas lamentablemente en depósitos de bilis de cualquiera que tenga una conexión a internet a su alcance.
Muy agradecida por las referencias a la literatura serbia, de la que me confieso totalmente ignorante.
Gracias, maestros, y feliz mes de mayo.
¡Hola queridos maestros!
Me resultó muy cómodo leerlos aquí, siempre lo hacía en el correo 🙈 no me había percatado que lo podía hacer en la app.
¡Saludos!
( ASIES AC 😃 )