¡Hola! Les damos la bienvenida a la entrega 31 de los ejercicios de escritura creativa de Alberto. En esta ocasión, la palabra clave que une a los ejercicios es vampiro. Como siempre, les recomendamos hacer un ejercicio al día. Y agradecemos mucho a las personas que se han unido a estas publicaciones como suscriptores de paga.
Lunes
Redacta una sextina de tema libre. Básicamente, sextina es una composición poética de 39 versos, distribuidos en seis sextetos (estrofas de seis versos) y un terceto (estrofa de tres versos). Estos versos suelen ser endecasílabos (11 sílabas) y no necesitan rimar. La característica central de la sextina es que repite seis palabras clave en diferentes órdenes al final de cada verso, y las reúne, en otro orden distinto, en el terceto final.
Se puede ver cómo ocurre esto en el siguiente ejemplo: esta “Sextina del vampiro” escrita por Neil Gaiman, cuyas palabras clave en el original inglés son dream, night, love, stone, world y blood. La versión en castellano es mía y sustituye piedra (traducción literal de stone) por tumba; de este modo, sus palabras clave son sueño, noche, amor, tumba, mundo y sangre.
(Para tu propia sextina, naturalmente, tendrás que elegir tus propias seis palabras.)
SEXTINA DEL VAMPIRO
Espero aquí en los límites del sueño,
envuelto en sombras. Sabe el aire a noche,
nueva y helada. Yo espero a mi amor.
La luna deja sin color su tumba.
Ya viene. Iremos por el bello mundo,
oscuros, tras de la exquisita sangre.
*
Es juego solitario el de la sangre;
pero el derecho de buscar un sueño
no lo abandono ni por todo el mundo.
La luna quita sombras a la noche.
De pie en lo oscuro, miro hacia su tumba.
No-muerta amada… ¿Mi no-muerta? ¿Amor?
*
Soñé contigo; supe que el amor
era más que la vida y que la sangre.
El sol quiso sacarme de mi tumba—
a mí, más que cadáver y en mi sueño.
Lo logró su partida y en la noche
salí, como un vapor, de nuevo al mundo.
*
Por siglos he vagado por el mundo,
dando un regalo que parece amor.
Robar un beso; volver a la noche,
saciado por la vida y por la sangre;
y a la mañana ser de nuevo un sueño,
un cuerpo helándose en su propia tumba.
*
No te haré daño, dije. No soy tumba
en la que te destruyen tiempo y mundo.
Te ofrezco una verdad mayor que el sueño,
a cambio solamente de tu amor.
No te preocupes, dije, que la sangre
sabe mejor corriendo y por la noche.
*
A veces mis amantes, por la noche,
salen; si no, se pudren en la tumba:
no disfrutan del cuerpo ni la sangre,
de caminar por la sombras del mundo;
las comen los gusanos… Oh, mi amor,
ellos dicen que has vuelto, allá, en mi sueño.
*
Esperé ante tu tumba media noche.
No sales de tu sueño a buscar sangre.
Buenas noches, mi amor. Te ofrecí el mundo.
—Neil Gaiman (versión de A.C.)
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